viernes, 23 de agosto de 2013

LA PRESENCIA DE CIRO EN LA BIBLIA


Ciro es el último Rey pagano que aparece como un regido del Señor, o de Dios incluso lo llamaba mi elegido, curiosamente la palabra de Ciro significa pastor, autentico fundador del imperio persa. Este Rey permitió que lo Judíos regresaran del exilio de babilonia en el año 538 a.c, pero un decreto en el año 539 a.c Libro a los cautivos, aunque su gobierno era severo, permitió a los judíos regresar a su tierra y reconstruir el templo, así mismo fue restaurando los tesoros del templo.
Sus políticas  favorecían de algún modo a las inquietudes liberadores del judío, su idea de Dios, incluso hubo judíos a los que le fue bien en Babilonia  y no deseaban regresar, a lo cual Ciro les cobro un impuesto para el viaje de los otros, Ciro era un Zorro estadista, político, públicamente adoraba a los Dioses de los pueblos conquistados.
El Cilindro de Ciro dice: "El dios Marduk pasaba revista e investigaba la plenitud de todos sus países para buscar un príncipe justo y honesto, a quien ofrecer sus manos para apoyarlo. Ciro, rey de Ansan, fue el elegido para reinar sobre todo lo que hay. Le ordenó que fuese a Babilon, lo acompañaba como amigo y compañero durante el trayecto y le abrió camino para entrar a la ciudad sin guerra". Isaías dice: "Así ha dicho Dios a su ungido, a Ciro, a quien toma por su mano derecha para no juzgar a las naciones delante de él, para desvestir a los reyes de sus armaduras y para abrir puertas delante de él, de modo que las puertas de las ciudades no se cierren. Yo iré delante de ti y allanaré las montañas. Romperé las puertas de bronce y haré pedazos los cerrojos de hierro"(Cáp. 45. 1-2).

Aunque el tono de las dos obras poéticas es diferente, la idea de escoger un rey, cuya mano está en la mano de Dios, quien aleja todas las dificultades delante de él y lo conduce sin guerra a Babilon, nació en la ideología religiosa babilónica y de allí entró en el poema de Isaías, reemplazando a Marduk por Jahvé.

La presencia de estas ideas en la Biblia como consecuencia de su historia y de su desarrollo espiritual-cultural está enraizada en el judaísmo, y así es comprensible que los conceptos de origen persa se hayan integrado orgánicamente en el pensamiento religioso judío, como si fuesen elementos completamente originales y pro­pios. Lo mismo se puede decir con respecto al cristianismo primiti­vo, agregando que la influencia persa le había llegado no en forma directa sino por el sincretismo helenista. La incorporación de estas ideas en el Nuevo Testamento y en la teología cristiana es más acentuada para demostrar la diferencia entre el judaísmo y cristia­nismo y abrir las puertas para los gentiles quienes eran más helenizados que los judíos.
Aunque no mencionamos en forma amplia la influencia persa en la vida socio-económica y cultural, podemos subrayar que la influencia religiosa persa fue muy importante en el desarrollo de las religiones monoteístas.

Asimismo, es muy notable la tolerancia religiosa aplicada por Ciro y sus sucesores. Ciro no se entrometió en la religión de los pueblos conquistados debido a que el  mazdeísmo (religión oficial persa desde Darío I) promovía la tolerancia y el respeto a otros credos sin imposición de creencias de ningún tipo (Yasna 31,11). En Babilonia (el "Cilindro de Ciro" y una fuente sacerdotal sobre (Nabónido) es considerado por el sacerdocio como un enviado de Marduk para restablecer el orden tras las reformas religiosas de Nabónido.
Existe numerosa evidencia de la existencia de sátrapas o gobernadores provinciales durante el reinado de Ciro, a pesar de que un pasaje de la obra de Heródoto podría llevar a pensar que éstos fueron posteriormente introducidos por Darío I. Durante el reinado de Ciro los sátrapas de los que se tiene noticia son exclusivamente de origen persa, aunque hay un número considerable de medos con posiciones de alto rango, entre los cuales Harpago parece poseer un lugar destacado.
Si bien elementos tales como los sátrapas expresan las innovaciones del nuevo dominio persa, es posible observar así mismo un alto grado de continuidad en muchos aspectos de las sociedades conquistadas, entre ellos el administrativo. Tal es así que, por ejemplo, numerosos funcionarios babilonios que iniciaron su carrera durante el reinado de Nabonido continuaron desarrollándola ininterrumpidamente durante el de Ciro.
Eminente entre los judíos exiliados en Babilonia, Daniel como hombre, ganó la dual distinción de ser un político y un profeta. Elevándose de la servidumbre a la situación de hombre de Estado, prosperó en el liderazgo político, bajo los gobernantes medo-persas por más de seis décadas. Entre­mezcladas en el libro que lleva su nombre, están las experiencias personales de Daniel al igual que sus revelaciones proféticas concernientes a futuros acontecimientos.

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