Para poder hablar de los Aztecas, debemos remontarnos un poco de tiempo atrás de ellos, de tal forma que, al menos, encontremos algunas de sus raíces. No es posible establecer nada seguro acerca de estos antecedentes, pero nos podrá dar una idea clara y una perspectiva de que la historia, aun cuando existen diferentes opiniones en las fuentes de información, únicamente difieren en fechas y pequeños acontecimientos que realmente no son de gran trascendencia comparados con lo que sucedió después de la fundación de la gran Tenochtitlan.
En las primeras décadas del siglo XIV de nuestra era, un pueblo de cazadores nómades que venían del Norte se estableció en dos islas en medio del lago Texcoco. Allí fundaron en 1325 Tenochtitlán que sería la capital del Imperio Azteca y es hoy la ciudad de México.
Dicho esto, existe un culto dominante sobre los dioses aztecas, el de su dios Sol, Huitzilopochtli. Los aztecas se consideraban como el pueblo elegido por el Sol, encargados de garantizar su recorrido por el cielo, alimentándolo.
La sociedad Estaba basada en clanes de familias con un antepasado común, llamados calpullis. La sociedad azteca se dividía en varias clases: en la cima estaba el rey, luego los sacerdotes, los guerreros y los nobles; más abajo los artesanos y comerciantes y por último los trabajadores. Fuera de la escala social quedaban los esclavos, que eran mayoritariamente prisioneros de guerra.
La base de la economía era la agricultura. Cultivaban maíz, porotos, calabazas, algodón y cacao, con el que hacían el riquísimo chocolatl (chocolate). Por vivir en medio de un lago, las condiciones de la agricultura eran muy especiales. Pero los aztecas no se amilanaban, inventaron las chinampas, unas especies de balsas flotantes armadas con juncos entrelazados cubiertas con tierra sobre la que cultivaban. Fueron grandes comerciantes y contaban con grandes ferias y mercados.
Los aztecas pensaban que el mundo había existido no una sino varias veces consecutivas. En conjunto habían existido ya cuatro soles y cuatro tierras anteriores a la época presente. Las cuatro fuerzas primordiales: agua, tierra, fuego y viento, habían presidido esas épocas o soles hasta llegar a la quinta época que era la del sol en movimiento.
La religión azteca era una permanente lucha entre el bien y el mal, representados por Quetzalcoatl y Tezcatlipoca, respectivamente. El primero recibía flores y ofrendas y el segundo sacrificios humanos.
El sacrificio más común consistía en arrancar el corazón a la víctima, ofreciéndolo enseguida al Dios, para ello, cuatro Sacerdotes sujetaban al sacrificado, que colocado sobre una piedra (llamada Techcath) por sus extremidades, y un quinto Sacerdote ejecutaba la operación con un cuchillo de pedernal, con el que le daba un golpe en el pecho para arrancarle el Corazón; que era después, ofrecido a los dioses. La sangre era dada a gustar a los idolos, la carne, tenida por divina, era comida y el corazón era depositado en un recipiente llamado: Cuauxicalli.
Aztecas, esta gran civilización que aportó tanto al mundo moderno. Los aztecas fueron la base de lo que es Mexico hoy en día, es más, incluso la capital de aquel país, Ciudad de Mexico, podemos afirmar que la cultura azteca, como civilización dejó legados importantes no solo para Mexico, sino también para américa.
En las primeras décadas del siglo XIV de nuestra era, un pueblo de cazadores nómades que venían del Norte se estableció en dos islas en medio del lago Texcoco. Allí fundaron en 1325 Tenochtitlán que sería la capital del Imperio Azteca y es hoy la ciudad de México.
Dicho esto, existe un culto dominante sobre los dioses aztecas, el de su dios Sol, Huitzilopochtli. Los aztecas se consideraban como el pueblo elegido por el Sol, encargados de garantizar su recorrido por el cielo, alimentándolo.
La sociedad Estaba basada en clanes de familias con un antepasado común, llamados calpullis. La sociedad azteca se dividía en varias clases: en la cima estaba el rey, luego los sacerdotes, los guerreros y los nobles; más abajo los artesanos y comerciantes y por último los trabajadores. Fuera de la escala social quedaban los esclavos, que eran mayoritariamente prisioneros de guerra.
La base de la economía era la agricultura. Cultivaban maíz, porotos, calabazas, algodón y cacao, con el que hacían el riquísimo chocolatl (chocolate). Por vivir en medio de un lago, las condiciones de la agricultura eran muy especiales. Pero los aztecas no se amilanaban, inventaron las chinampas, unas especies de balsas flotantes armadas con juncos entrelazados cubiertas con tierra sobre la que cultivaban. Fueron grandes comerciantes y contaban con grandes ferias y mercados.
Los aztecas pensaban que el mundo había existido no una sino varias veces consecutivas. En conjunto habían existido ya cuatro soles y cuatro tierras anteriores a la época presente. Las cuatro fuerzas primordiales: agua, tierra, fuego y viento, habían presidido esas épocas o soles hasta llegar a la quinta época que era la del sol en movimiento.
La religión azteca era una permanente lucha entre el bien y el mal, representados por Quetzalcoatl y Tezcatlipoca, respectivamente. El primero recibía flores y ofrendas y el segundo sacrificios humanos.
El sacrificio más común consistía en arrancar el corazón a la víctima, ofreciéndolo enseguida al Dios, para ello, cuatro Sacerdotes sujetaban al sacrificado, que colocado sobre una piedra (llamada Techcath) por sus extremidades, y un quinto Sacerdote ejecutaba la operación con un cuchillo de pedernal, con el que le daba un golpe en el pecho para arrancarle el Corazón; que era después, ofrecido a los dioses. La sangre era dada a gustar a los idolos, la carne, tenida por divina, era comida y el corazón era depositado en un recipiente llamado: Cuauxicalli.
Aztecas, esta gran civilización que aportó tanto al mundo moderno. Los aztecas fueron la base de lo que es Mexico hoy en día, es más, incluso la capital de aquel país, Ciudad de Mexico, podemos afirmar que la cultura azteca, como civilización dejó legados importantes no solo para Mexico, sino también para américa.