jueves, 5 de septiembre de 2013

EL BIEN Y EL MAL


Existe muchos Enigma y Contradicciones en el libro sagrado así como al interpretación que le dan las diferentes religiones pero hay que tener en claro  que  todo es basado en la simbología y entre ellas la historia de Abel y Caín luego de que Andan y Eva fueron expulsados del Jardín de edén. Y la de Isis Houros y Seth hay una similitud.
La pregunta que nos podemos hacer es. ¿Cómo siendo hermanos puedo haber existido tanta rivalidad?
Viéndolo desde el punto de vista bíblico relata la primera muerte de un humano y la demostración del primer sentimiento, por parte de Eva y es que tomar la vida de un inocente es un crimen tan serio como causar la muerte de toda la humanidad, y salvar la vida de una sola persona es tan meritorio como hacerlo por todos los hombres. Otro de los hijos de Adán, Set (con él sea la paz), completa una situación cuyo simbolismo.

Abel es un alma ingenua, ejemplo del hombre que hace el bien espontáneamente. Se halla en la "fitrah" (condición primordial humana, en la cual sus cualidades existen en potencia) y mantiene una conducta moral primaria, pero no ha desarrollado un conocimiento metafísico. Sin embargo, no es éticamente ignorante: como leemos en el Sagrado Corán, él sabe que Caín actúa bajamente, y condena su accionar, advirtiéndole las consecuencias nefastas de su proceder. Pero se desentiende de la conducta de su hermano, no le enseña con el ejemplo, resistiéndose; no reacciona dándole lo justo, que sería "impedirle oprimir al opresor"

Caín tiene inteligencia, desarrolló su capacidad, aparenta ser sabio. Pero es el arquetipo del individuo que pretende dominar a los más débiles en las sociedades. Es el gobernante o el sacerdote o el gremialista o el simple padre de familia que abusa de su ascendiente; la experiencia diaria demuestra que es el tipo de persona que predomina en la tierra. Su falla moral lo conduce a oprimir y a utilizar al resto de los hombres. Ni siquiera es imprescindible que tenga poder fácticamente: si no lo tuviera pero pudiese acceder a él, también oprimiría. De no existir esta categoría de personas, si no existiera Caín, no habría prueba.

Set es el modelo del sabio, perseguido como lo fueron los demás profetas (P). Debe callar y ocultarse para su protección, pues está amenazado de muerte por Caín, real o virtualmente. Su simbolismo es el de representar la autoridad espiritual. Apenas tiene seguidores, porque en la sociedad la mayoría de los hombres es vil o negligente
 El que exista la persecución es un necesidad metafísica, desde Set (P) hasta hoy día. Es perseguida la verdad, y todo aquello que Caín no quiere que se establezca. Siempre hay un pueblo perseguido y difamado por ser el exponente del Mensaje verdadero. Lo fueron los hebreos en Egipto, después los primeros cristianos, luego los unitaristas (que no aceptaban la Trinidad), hoy fácticamente los palestinos o los libaneses, pero doctrinariamente todos los musulmanes.
La clave de la persecución es el Mensaje revelado. Las personas están en función del mensaje verdadero. En cuanto Caín logra su objetivo de adulterarlo, ese pueblo pasa de perseguido a persecutor. Esto ocurrió por ejemplo con la casta de sumos sacerdotes que persiguió a Jesús (P), siendo que ellos habían sido designados en su momento por otro profeta, Moisés (P), y a su vez habían sido perseguidos. Pero cuando deformaron el Mensaje debido a intereses secundarios, comenzaron a perseguir a los que mantenían la pureza original de la enseñanza.
Naturalmente, existen también persecuciones que nada tienen que ver con un mensaje o una enseñanza, sino que se producen entre "cainitas" (como las luchas entre narcotraficantes); y también persecuciones en las que la víctima es inocente (un "Abel"), pero no es perseguida por defender la verdad en alguna de sus manifestaciones, sino por cualquier otro motivo (como en el caso de un genocidio o matanza indiscriminada). Obviamente, esto no justifica dicha persecución.
Por otro lado, podemos identificar estas tres potencias dentro de cada ser humano: Abel es el alma ingenua, con escaso trabajo intelectual, el reservorio de las posibilidades a desarrollar. Caín, el "alma que ordena el mal", que intenta aniquilar a la pura; el ego que escucha a Satanás 3. Set, el intelecto no separado del espíritu, que también está combatido por el alma inferior, por las pasiones que intentan ganar espacio en el ser humano a su costa. Entre estas dos últimas potencias -el intelecto o espíritu por un lado, y el ego o alma inferior por el otro- es que se libra el combate espiritual, la mayor "guerra santa" del Islam, que consiste en la lucha contra las propias bajezas.

En cuanto al dios Seth, caído ya en desgracia con los propios egipcios, le ha tocado cargar con el título de «Dios del Mal», pero, ¿fue esto realmente así?, ¿los egipcios concibieron a Seth como un dios del mal?
Éste es el punto de partida, donde intentaremos vislumbrar y analizar cómo sentían y veían los egipcios a su dios Seth.
Básicamente tenemos que recurrir a tres fuentes: el mito de Osiris, Horus y Seth, de la mano de Plutarco, la historia y la arqueología.
Los mitos que nos hablan de las luchas entre Osiris, Horus y Seth nos han llegado bajo la imagen del espejo deformador de la época griega, de la mano de Plutarco y Diodoro. Recordemos que el concepto de bueno y malo, de bien y mal, es un invento griego y no egipcio.
Al contrario de lo que sucede en las religiones judeocristianas posteriores, donde Dios crea a los hombres bajo su imagen y semejanza, el genio egipcio creará a sus dioses con atributos humanos, dotándoles de pasiones y ¿por qué no?, también de perversiones. Estos dioses humanizados se casarán, tendrán hijos, pensarán, juzgarán, engañarán y sentirán, también, la bajeza de la envidia.
Si partimos de la base que los mitos son el intento poético para explicar sucesos históricos, políticos, sociales, etc...


En resumen, Adán el hombre primordial aún los tres aspectos nombrados, y de él derivan. La parte espiritual la hereda Set (P), la mundana la hereda Caín, y la sencilla e inocente, justa, sin desarrollo, Abel. Los hermanos simbolizan tres fuerzas de la historia humana: los Abeles, que aun pudiendo nunca oprimirían; los Caínes, que oprimen con el mucho o poco poder del que dispongan; y los Set, los sabios. Pueden hallarse correspondencias con tres aspectos presentes dentro de un mismo individuo: la tendencia a hacer espontáneamente un bien, la tendencia a actuar con egoísmo, y el esfuerzo por encontrar sentido a la existencia. La similitud que existe entre estos personajes es la transformación que dieron a la vida humana entre el bien y el mal.

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